Antes de nada os explicaré por qué elijo el triskel como mi símbolo, uno de los motivos es que compartimos origen celta pero, sobre todo, me encanta lo que representa que es el compromiso con el crecimiento y la evolución continua. Son valores que pueden aplicarse en cualquier faceta de la vida, ya sea la personal, profesional y por supuesto la deportiva. Mi propósito es conectar con la gente y acompañarles, motivarles y ayudarles en su crecimiento deportivo. Creo que el deporte es una gran herramienta de transformación y mejora al alcance de todos.
Hasta abril de 2016, mi etapa profesional se desarrolla en Orange trabajando como ingeniera de telecomunicaciones, carrera que estudié en Valencia. En esta etapa de 16 años he aprendido un montón, tanto en la universidad como en la empresa. El sector de las telecos, y más trabajando para una multinacional, es un sector muy estructurado, con procesos profesionales complejos y donde la planificación y la organización son fundamentales. Ha sido una etapa que me ha aportado mucho tanto en lo profesional como en lo personal y que recuerdo con mucho cariño y gratitud.
Confieso que desde que me acuerdo me gusta el deporte. Al que más años dediqué de niña fue al tenis, en el que competí hasta los 18 años. El tenis es un deporte que me apasiona como juego y pienso que por su dureza te da mucha capacidad de sacrificio y te entrena muy bien la mente. Pero en realidad, todos los deportes creo que tienen esa capacidad de entrenamiento físico y mental tan útil para la vida en general. Desde hace más de 10 años juego al padel, deporte que me gustó desde que lo probé y en el que actualmente compito a nivel federativo. En cuanto tuve la opción de fusionar mi orientación profesional con el deporte que es la faceta que más me inspira no lo dudé ni un segundo y fue así como empezó esta aventura…